A medianoche, su calabaza se transforma en carroza y
sus ratas en caballos de tiro. El techo del carruaje destroza el suelo del
vecino de arriba y los animales cocean muebles, vajillas y paredes.
—Ya me dirás quién arregla esto —le grita a su
hada madrina, mientras se esfuerza en patalear ridículamente dentro de unos
zapatitos de cristal.
7 comentarios:
Admiro ese talento para recrear lo ya escrito y sin darle la vuelta, sí darle un sentido distinto.
He disfrutado mucho con este micro.
Abrazos admirados, Fernando.
Mira que hacer el hechizo dentro de casa. Hada mala!!!
Besos desde el aire
Me gustan estos micros que juegan con la literatura,la estiran, la modelan, creando nuevas obras.
Un abrazo.
Amigos y amigas: desconfíen siempre y bajo cualquier circunstancia de las hadas madrinas. Las cosas -a menos que sea uno descendiente de una inmensa fortuna- sólo se consiguen con sudor y esfuerzo y sin hechizos.
Gracias por pasar por aquí.
adorable.
las muchachas torpes son mi perdición.
En eso coincidimos, vittt. La perfección estropea o vuelve atemorizante la belleza.
Saludos.
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