Comenzamos con una persecución: saltos y frenazos y choques y adelantamientos. Con el alcance, pasamos al combate: carreras y porrazos y derribos. Después la detención: agotamiento, lectura de derechos y satisfacción del deber cumplido.
Para cuando nos queremos dar cuenta, ya somos prisioneros.
2 comentarios:
Era una película lo que se dice muy realista
Como la vida misma, Miguel, como la vida misma.
Un saludo.
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