viernes, 25 de mayo de 2012

Reflexiones de un microrrelatista en paro: salvaos.


EL TÍTULAR es fácil: El alumno supera al maestro. Jordi Évole rebasa en audiencia al que fuera su mentor, Andreu Buenafuente. Dos semanas más tarde, el títular es otro: Antena 3 cancela Buenas noches y Buenafuente por falta de público. Un bonito reflejo de los tiempos que corren.

ENTRE MEDÍAS, en Grecia, se desmorona en PASOK, facción progresista del bipartidismo, el equivalente al PSOE de mi país. En su lugar se alza como segunda fuerza Syriza, coalición a la que los medios se apresuran en calificar de «extrema izquierda», pero que no deja de ser la moderna encarnación de la socialdemocracia; la búsqueda de un capitalismo de cara amable, barnizado con tintes ecologistas, altermundistas y de género. Lo que en mi país vendría a encarnar Izquierda Unida.

BUENAFUENTE pertenece a una generación de profesionales de los medios por la que siempre sentí una infinita repugnancia. La de los Gran Wyoming y los Iñaki Gabilondo. La de los Joaquín Sabina y las Genma Nierga. La de las Pilar Bardem y los Víctor Manuel. Entiéndanme bien: no pongo en duda su innegable talento para la actuación, el arte o la comunicación. Sólo digo que ese talento estuvo siempre al servicio de los malos.

SON REFLEJO de lo que últimamente se ha dado en llamar Cultura de la Transición. La que antepone el consenso de armarios llenos de cadáveres al conflicto de la pura justicia. El buen rollo a la verdad. La gracieta a la crítica. La superficialidad al fondo. Son los intelectuales orgánicos de un sistema donde las ideas progresistas constituyen una cuota de mercado. Los que se fabrican un traje de honestidad y subversión mientras se acomodan dentro de la estructura de poder y sus formas. Los que hacen chistes inofensivos sobre el Rey de España y después, genuflexos, corren con la lengua fuera a recibir Su bendición y Su apretón de manos, mientras se inclinan a besar su corrupto y borbónico trasero. La generación que, en lo político, viene a encarnar el PSOE.

SALVADOS no deja de ser un espacio de un medio generalista en horario de máxima audiencia, lo que implica unos condicionantes y una censura invisible, unos anunciantes y un consejo de administración. Pero a lo tonto, y de forma amena, ha puesto de relieve el funcionamiento tramposo del mercado de la deuda, el casino demencial de la banca, la realidad de Islandia y Grecia, los privilegios eclesiásticos, la limitada inteligencia de los mandos policiales, los argumentos siempre vetados de la izquierda abertzale, el agujero negro de corrupción en las obras faraónicas y en la financiación de los partidos políticos, o la burla bufa en la que consisten las instituciones que se escriben en mayúsculas, como la Justicia o el Tribunal de Cuentas.

LAS ELECCIONES GRIEGAS se repetiran el 17 de junio y, previsiblemente, Syriza obtendrá la mayoría. De cumplirse las expectativas, será el primer partido en llegar al gobierno de un país europeo que defina la crisis en sus términos: la lucha de la clase capitalista contra la clase trabajadora, la transferencia de capital de las rentas populares a las altas. No se proponen derribar el sistema capitalista ni abolir la propiedad privada, pero sí auditar la deuda, supeditar su pago al desarrollo económico y social, aumentar los impuestos sobre las grandes fortunas y las transacciones financieras, subir el salario mínimo y ayudar a los ciudadanos en el pago de las hipotecas. Nada que escape a la racionalidad ni al bienestar de la ciudadanía, pero el Banco Central Europeo ha dejado de prestar dinero a la banca griega, a provocar, como quien no quiere la cosa, un colapso bancario, no sea que al pueblo griego le dé por votar al partido equivocado en lugar de elegir un gobierno que no gobierne.

EN ESPAÑA, país al que bien podríamos bautizar Grecia del Oeste, la valoración del partido en el poder se desploma en las encuestas mientras su rival en la oposición sigue en caída libre. Buenafuente es barrido de la pantalla por su aprendiz. La ciudadanía en pleno está más que harta del teatro de títeres y la comedía de simpáticos ladrones en que consiste la política y exige una representación mejor. Al este y al oeste, los vientos nos serán más favorables si Syrisa gana las elecciones y si Jordi Évole mantiene la audiencia. La alternativa, no se equivoquen, es Amanecer Dorado. Es el fascismo y el discurso totalitario en diferentes tonos de un mismo gris.

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9 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

Fernando, siento discrepar en ciertas cosas que dices y me congratulo en coincidir en otras. Supongo que en la diversidad de opiniones está la riqueza de la democracia. Yo lo único que espero es que se acabe esta dictadura de los mercados hacia la clase media, porque sino el panorama que nos espera es muy negro. Y no falta decir que no quiero ni en pintura que se hagan con el poder ningún partido de extrema izquierda ni derecha. Eso ya sería el paso previo a conflictos más graves.

Buen articulo.

Abrazos.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Esta semana escuche decir que la lucha de clases continúa plenamente vigente, sólo que ahora es unidireccional. Los extremos no los produce la ideología, Nicolás, sino las condiciones de vida de la población. Es este sentido, tampoco me gustaría que se hiciera con el poder ningún partido de extrema izquierda o de extrema derecha, puesto que esta situación la produciría una situación social tan límite como la de los años treinta del siglo pasado.

Ahora bien, ese tópico de que todos los extremos son malos siempre me ha parecido uno de esos mantras que utiliza la clase dominante para perpetuarse y desideologizar a la clase dominada. Ni el comunismo ni el anarquismo ni el socialismo son comparables al fascismo, ni sus ideologías tienen nada que ver.

Un saludo. Y gracias por tu discrepancia y por tu comentario.

BarbaKana dijo...

No hay "clases" que tengan el lema de "vamos a por los mas pobres" ,no hay metas tendenciosas ni abanderamientos.Hay gente simplemente que corre en la carrera de ratas.Gente con dinero por azar,o por avaricia ,o se ha enriquecio ilegalmente...pero no son del club que lucha contra los que son mileuristas.El que hoy tiene dinero vive la vida que le permite su pasta,coloca a su familia,se gasta en estudios y comodidades para su familia lo que sea,ofrece lujo a su pareja....
Te lo dice una persona que tuvo pasta,no la tiene , fue trabajador , fue del PCML ,fue empresario,fue estudiante ,huyo de la poli,despidió a trabajadores ,se empufo para mantener la empresa...osea:YO soy capitalista,comunista,de izquierda,empresario,clase baja,clase media,clase alta,fascita para el despedido,proletario para el banquero,capitalista para mis trabajadores,opresor para ....Normal que nunca sepa a quien votar.Todo es lo mismo.Conozco tanta gente con cargos politicos de izquierda,de derecha,de izquierda radical,de derecha radical,sindicalistas...son decepcionantes...pienso que en cuanto es profesion la politica apesta,es mezquina,apasionados simplemente del poder,del mando,del dinero y estatus,de gestionar a los demas reafirmandose ellos(sobre carencias personales tantas veces!..adictos a los aplusos)...
Cuando se habla de politica diciendo"es que a mas b es c ,eso es lo que pasa" es como el economista que habla del como sera el mercado de valores mañana.La economia es la ciencia que propone un explicacion a lo que ya paso...la politica es lo mismo: da la explicacion que le parece (siempre demagogica) del pasado y ni puta del futuro...
La gente es gente,no fichas de ajedrez "esta siempre quiere comerse a todas,esta solo es carne de cañon y estorbo"...solo pienso que todos se buscan la vida,que pasará por la fase que sea,y bailamos la musica que suena.
Dame 2000 euros al mes por no hacer nada,y viajaré,estudiare,hare musica,pintare,escribire,surfeare...y aguantare la mirada de los que pringan 50 horas semanales (mi horario actual) sin sonrojarme.
Mañana Zeus dirá.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Efectivamente, Barbakana, no hay clases que tengan ese lema. Sólo las hay que llevan a cabo esa práctica.

Cuando el dinero de un estado va a parar al rescate de una entidad privada como Bankia en una cantidad no menor de 14.000 millones de euros, y esa cantidad sale de los bolsillos de una población cuyo 60% no gana más de 1000 euros mensuales, a lo que hay que sumar un 20% de parados, no es necesario esgrimir el lema, bastan los actos.

Cuando además se premia a los que han provocado la ruina con pensiones y despidos muchimillonarios, pensiones y despidos que al vivir en un sistema de recursos limitados se sustraen forzosamente de otros, tampoco hace falta esgrimir ese "vamos a por los pobres"; lo amartillas sobre la realidad.

Si encima a esos parados y mileuristas se les aumentan los impuestos y se les endeuda para el futuro, al tiempo que se les reducen los servicios, no hará falta escribir sobre el decreto ley oportuno "vamos a por los pobres", pero es sencillamente lo que está ocurriendo.

No es, como bien apuntas, una cuestión personal; es la lógica de un sistema construido según esas reglas, cuyo resultado sólo se altera cuando la clase pobre decide decir basta e imponer unas reglas de juego conscientes en esa inconsciencia donde, sin ir a por los pobres, se va a por ellos.

El que especula con el precio de los alimentos no quiere asesinar a miles de personas, sólo ejercer su derecho legitimo a obtener la mejor vida para él y los suyos. La desviación entre intención y consecuencia no le convierte en menos asesino.

El ser humano tiene perfecto derecho a aspirar a una vida mejor, pero cuando ese derecho actúa como una apisonadora que hace que el resto tenga una vida peor, da igual si se enuncia o no: es sencillamente lo que ocurre.

Un saludo. Y gracias por comentar.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Más allá de en cuánto podamos coincidir o discrepar -detalle que no creo relevante- creo que este artículo es brillante.

Una pena que no sea publicado en un medio de mucha audiencia.

Enhorabuena, Fernando.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Muchas gracias, Pedro. Todo se andará...

Yashira dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Yashira dijo...

Fernando no veo la televisión prácticamente nada, porque me lleva a sentirme deprimida, y prefiero hacer cosas que me enriquezcan un poquito más, pero hay algo que me ha sorpendido de todo lo que he leído, es la parte en la que hablas de las elecciones que se repetirán en Grecia, ojalá fuese posible que partidos como ese llegasen al poder para equilibrar un poco la balanza, pero claro, no los dejarán.

Un abrazo desde mi mar,

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Yo tampoco veo la televisión, Yashira. La sensación de que me están llamando imbécil continuamente supera el supuesto beneficio de la información o el entretenimiento.

Syriza tampoco es ninguna maravilla -y, de llegar al poder, ya veríamos en qué queda-, pero en la situación tan de mínimos, tan de derrota, en la que estamos, al menos es una posibilidad de cambio.

Saludos.