Sus mensajes de odio vibran milésimas
de segundo antes de aparecer en la pantalla. Fue ella quien me dejó pero no le
basta. Cree que para completar el cuadro necesita dibujar una buena venganza.
Con planes maléficos y explosiones y ángeles con pífanos. Supongo que me quiso
como nadie y en eso radica que ahora me odie como nadie. En cierta manera es
halagador y hasta bonito de pensar. No evita, por otra parte, que cada vez que
salgo de casa tenga que andar vigilando mis espaldas, ni que deje un papelito
en el dintel por si al regresar me estuviera esperando. Ni que todos los días me arrepienta de
haber correspondido a la inmensidad de su amor con la pequeñez del mío.
lunes, 11 de junio de 2012
Conclusión.
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3 comentarios:
Hay amores que mejor no tener, por halagador que resulte.
Me gusta la imagen de los ángeles.
Un abrazo
Pues ya es raro, porque eso suele suceder cuando es el otro quién decide que la historia ha llegado a su fin.
Me pasa como a Anita, la imagen de los ángeles con pífanos me parece sublime.
Un abrazo,
Hay amores, Anita, que ni siquiera deberían llamarse amores.
Raro y tenebroso, Pedro. Raro y tenebroso.
La imagen de los ángeles con pífanos sin duda la veremos todos antes o temprano. Es sólo cuestión de esperar el fin del mundo.
Saludos.
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