LOS MINEROS NO SON PERSONAS COMO
NOSOTROS. Son animales mitológicos. Restos de una raza casi extinta que habita cerca del centro de la tierra.
DE LOS CANARIOS aprendieron a
detectar las bolsas de grisú social. Perciben antes que nadie los peligros que
están a una sola chispa de hacernos volar en pedazos. También los combaten.
Antes que nadie.
EN 1934 se alzaron contra el
gobierno republicano que ocupaba el partido ultraderechista CEDA. Preveían en
sus carnes lo que el fascismo iba a acarrearles a los trabajadores del mundo
entero.
FUERON APLASTADOS. Dos veces. En el
34 y también en el 36. Las dos por el mismo general Franco. Pero igual que las
paredes de las casas retienen el calor después de que el sol se haya ido, las
galerías de la mina conservan la memoria mucho después de muerto el minero. En
1962 volvieron a levantarse. Una cosa es que te derroten dos veces y otra bien
distinta es sufrir la derrota de la semiesclavitud y el hambre por el resto de
la eternidad. Fueron detenidos y apaleados. Gaseados y torturados. Se les
disparó y se humilló a sus mujeres rapándoles la cabeza.
VENCIERON. El matarife del Pardo
tuvo que ratificar sus reivindicaciones en el Boletín Oficial del Estado. A
partir de ese momento, el Régimen no volvió a dormir tranquilo. El apaleado
pueblo español comprobó que hasta la más férrea dictadura se echa a temblar
cuando se tienden lazos de solidaridad, determinación y resistencia. Un golpe
de pico abrió la grieta que terminaría por demoler la inexpugnable fortaleza
del terror.
CINCUENTA AÑOS MÁS TARDE, los
mineros vuelven a levantarse. El motivo es que los amos han decidido
condenarles al paro forzoso, la emigración y el hambre. La justificación es que
los necesarios recortes del presupuesto hacen inevitable el cierre de las
minas. La verdad es que se está produciendo un saqueo generalizado del
patrimonio colectivo a favor del capital financiero, y que ese expolio del dinero
de todos se emplea en recompensar a los mismos causantes del recorte de los
presupuestos, que no es otra cosa que recorte en las condiciones de vida de los
trabajadores.
COMO EN EL 34, como en el 62, los
mineros se levantan contra un poder que amenaza la forma de vida de la inmensa
mayoría de la población. Como entonces, son un ejemplo de valor, dignidad y
resistencia.
COMO EN EL 34, como en el 62, han
recibido el apoyo de otros miembros de su raza casi extinta, seres que
comprenden que bajo la tierra no existen las líneas que separan Inglaterra,
Chile o Alemania, sólo propietarios y desahuciados, sólo la clase trabajadora
resistiendo los envites de la dominante. Los mineros, esos animales
mitológicos, esos seres de cuento, lo han entendido perfectamente; falta que lo
entendamos el resto de nosotros.
3 comentarios:
Fernando, vivimos en un recorte continúo, no solo económico —que ya es grave— sino social como bien indicas. Los señoritos de toda la vida se estarán frotando las manos, por fin volverán a tener sirvientes de aquí a precio que ahora pagan a emigrantes sin papeles. Mientras todo esto sucede, los políticos se atan las manos y dicen sí a todas la ordenes del poder económico.
Mala pinta tiene esto y hoy son los mineros, pero mañana ¡quién sabe!
Buen articulo, como casi siempre.
Abrazos.
Espero que todos tomemos conciencia de lo que ellos ya han visto y sigamos sus pasos, de lo contrario perderemos todos los derecho adquiridos durante años de lucha por una clase obrera que parecía desaparecida, en esta sociedad del bienestar que nos habíamos inventado, pero no, al final seguirán habiendo clases, porque los que pueden no se resisten a perder ese poder.
Un saludo Fernando, cuánto razón tienes.
No creo que los políticos tengan las manos atadas ni que acepten órdenes del poder económico, Nicolás; creo que son parte integrante del mismo poder.
Por otra parte, ¿cómo buen artículo como casi siempre? ¿Acaso no lo son siempre?
Je, je... Muchas gracias por leer y comentar.
Las clases, Yashira, no dejaron de existir nunca; por aquello de que en medio mundo -palmo arriba, palmo abajo- triunfaba el comunismo, y que los obreros europeos estaban armados hasta los dientes tras la 2ºGM, se pensó que a lo mejor era llegar a un pacto social: libertad para el capital a cambio de condiciones de vida más o menos dignas para los trabajadores. No dejaron de existir las clases, sólo la conciencia de clase. Por eso ahora no tienen enemigo enfrente.
Gracias. Y salud.
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