Por más que se esfuerza, no termina de creérselo.
Sentada alrededor de la mesa, pendiente de la bola de cristal.
Agarrada a la Nuri y sus rulos con una mano y a la Juana y su visón de
imitación con la otra. Y Remedios, la panadera, ejerciendo de médium. Haciendo
como que tiembla, sufre espasmos, y se ve sobrecogida por fuerzas de
ultratumba.
No… Es demasiado cómico. Demasiado ridículo.
Aunque debe reconocer que imita perfectamente su voz cuando
pregunta: ¿De verdad estoy muerta?
5 comentarios:
Las apariencias disfrazas de este mundo oscuro que son las ciencias ocultas. Y del cual muchos obtienen un beneficio.
Un relato con sentido del humor, me gustó.
Abrazos.
Estupenda esa última pregunta. Pobre panadera, que no sabe si vive o muere.
¡Qué bueno, Fernando!
Esta pieza está perfectamente engarzada. Frase de apertura, frase de cierre, guinda en el título y de relleno, humor del bueno.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Hay relatos que uno escribe no sabe si más cerca de este mundo que del otro...
Un saludo.
La escena es visible. Los personajes un poco de barrio inculto. La duda razonable.
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