martes, 3 de febrero de 2009

Sabiduría Popular.


fotografía: J.L. Becerro.

Cuando el alcalde, el doctor, el cura párroco, la casamentera, el boticario y la pareja vinieron a advertirle del holgado comportamiento de su casquivana esposa, el nuevo maestro les dedicó una amplia sonrisa y respondió:
—Dejen que se divierta. Así podrán divertirse ustedes, me divertiré yo y nos divertiremos todos.
Sólo una hora más tarde, el matrimonio fue condenado al destierro.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Fantástico.

Realmente excelente.

Mercedes Alvarez