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La historia gira sobre sí misma. Los reyes concluyen en otros reyes. Los muertos de esta guerra, resucitarán para combatir en la siguiente.
En ocasiones, las condiciones de vida insoportables se vuelven aún más insoportables, y los que hasta entonces callaban, gritan, alzan hoces y guadañas, derrocan reyes que terminan en otros reyes.
Hay seres ilustres que en su día no lo fueron y grandísimos canallas que eran considerados el diamante en la joya de la cúpula social.
Ustedes piden fechas, hitos, variaciones territoriales alrededor de mapas. Piden nombres, cargos, acontecimientos que preceden o culminan otros. Se pretenden inconscientes, desconocedores de su responsabilidad en los hechos. Yo en cambio sé que el planeta gira alrededor del sol una vez, cada trescientos sesenta y cinco días y seis horas. Que los acontecimientos siguen siendo los mismos.
3 comentarios:
me gustó mucho la idea del relato, aunque le falta un poco de soltura en el ritmo, a mi juicio.
Muchas gracias por las aportaciones en mi blog.
Hola, teórico del mínimo relato. ¿Así que escribes porque no se te da bien aullar? Yo también aullo mal. :) Me gustó la esencia de este relato y el aire cíclico y nauseabundo, como el mundo. Para mi gusto, le sobra la última frase ya que posee cierta redundancia. Yo lo terminaría con: "Yo en cambio sé que el planeta gira alrededor del sol una vez, cada trescientos sesenta y cinco días y seis horas." ¡Seco y mortal! Jarrón de agua fría servido en un vaso minimalista para terminar.
Saludos
¡Maldición! Ahora me tocará corregir y editar el relato.
Muchas gracias, Daniel, Eva, por las críticas y las sugerencias.
En cuánto lo de aullar... Seis años viviendo entre lobos no sirvieron para nada. Sigo encadenado a esta maldición de las palabras.
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