jueves, 25 de febrero de 2010

Breve historia del Tibet.


El castigo más común son los azotes: 100 latigazos no se consideran graves en caso de un delito menor. Por atraco, bandolerismo armado o asesinato, la pena es la pérdida de una o ambas manos, o piernas, que se cortan por encima de la rodilla. Para sellar las arterias, los muñones se sumergen de inmediato en aceite hirviendo, pero el Changchi (oficial del gobierno) se queja de que muchos culpables mueren después de la amputación de las piernas." Un inconveniente, sin duda, pero el Changchi reconoció a los autores que después de una fuerte pena de latigazos propinados en las nalgas y un poco más abajo "el culpable pocas veces puede volver a caminar, debido a que los músculos y tendones quedan destruidos.

Rosemary Jones Tung

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