Camine durante semanas o meses por el desierto. Encuentre la lámpara, frote con brío, despierte al genio. Ordene que le traslade a una dimensión de mayores proporciones y una vez allí, entre libros como piscinas olímpicas y columnas del tamaño de estadios, escriba su relato. Vuelva a caminar por el desierto, encuentre la lámpara, frote con esmero, y pídale al genio que le devuelva a su dimensión normal.
No olvide llevar el cuento consigo.
5 comentarios:
he de admitir que me ha gustado mucho.
Una joya.
Muy bueno! Me gustó a mí también! Seguiré su consejo. Saludos
Me alegro de que te haya gustado, Daniel. Y también a ti, Martín, pero dime: ¿No es así como escribes tus microrrelatos?
Muchas gracias a los dos.
JUuuua!
definitivamente ese es el camino al exito...
pero... encontrar 2 veces la lampara, eso es merecedor de un Winnes!
ya mismo me pongo a caminar en este desierto que se llama Córdoba.
abrazo desde Argentina.
LoQueSobróDeAnoche
genial
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