martes, 6 de julio de 2010

Simples realidades.


Sin duda, el veinticuatro de junio de 2011 será recordado como la fecha más nefasta para el deporte en este país. Ese día el misterioso, multimillonario y bien parecido Eusebio J. Williams se hizo, mediante testaferros, sobornos y alevosía, con el control de los dos grandes clubes: El Real Madrid y el F.C. Barcelona.
Ello respondió a un delirio cuidadosamente planificado que se materializó al conocerse el calendario de enfrentamientos para la temporada 2011-2012. Quiso la fortuna, la perra, que la liga diera comienzo con ese derby universal: Real Madrid vs. Fútbol Club Barcelona.
Una filtración desveló la repentina, fraudulenta y redonda adquisición pero, hasta que los tribunales se pronunciaran, no había forma de desbaratar la maniobra. Mucho se habló, mucho se aventuró y mucho se supuso, pero lo cierto fue que, en contraste con las habladurías, un silencio opaco cubrió la actividad de ambos equipos durante todo el verano.
–Todo se sabrá en los noventa minutos que dura el partido –fue cuanto la prensa logró obtener de Eusebio J. Williams.
Esta parquedad en palabras tuvo como respuesta una espera ansiosa, casi febril, ante lo que sin lugar a dudas era el Partido Más Importante De Todos Los Tiempos.
Hubo reventas millonarias. Hubo anunciantes que hipotecaron sus empresas por cinco segundos de publicidad durante la emisión. Hubo mareas humanas a la puerta del estadio y gradas temblando por el peso excesivo.
Los cánticos de ambas aficiones se escuchaban desde la periferia demostrando que su rivalidad estaba por encima de cualquier razón.
El estadio rugió unánime cuando las alineaciones saltaron al terreno de juego. Los espectadores aplaudieron a rabiar mientras reconocían uno a uno a sus ídolos. Sólo que había algo trastocado. Un pequeño detalle a primera vista imperceptible pero que atravesó todas las cabezas antes del pitido que iniciaba el juego. La totalidad de jugadores de cada equipo había pasado a formar parte del otro.
Las banderas dejaron de ondear, los corazones de latir, el tiempo se detuvo.
Después no hubo más que silencio.

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Fotografía: Zaqi.

9 comentarios:

Víctor dijo...

Le encuentro un ligero problema de verosimilitud. A saber: si no estoy mal informado, el primer partido de liga jamás puede ser el derbi Barça-Madrid. Órdenes de la federación y todo eso.

Por otro lado el final de tu cuento es aterrador. Los equipos de futbol (Athletic de Bilbao aparte, y ni así) se han convertido en ejércitos de mercenarios. Y como tales se venden al mejor postor.

Nada, que me gustó el relato, Fernando, aunque no sé que haría si viera al CR9 vistiendo la camiseta azulgrana... No quiero ni pensarlo. Un abrazo.

Avelino Vallina dijo...

Y Eusebio J. Williams obtuvo unas considerables ganancias por el cobro de todas las comisiones de compras y traspasos de los jugadores de ambos equipos.
Me ha gustado mucho.
Saludos.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

¿Estás seguro de eso, Víctor? Yo no controlo nada de fútbol pero, de ser como tú dices, ¿no es injusto con el resto de equipos de la liga?

A mí lo que me parece aterrador es el negocio del fútbol. Me cuesta creer que en un país con más de cinco millones de parados, lo único que haga bramar a la sociedad sea un juego de multimillonarios.

Lo más triste es que si se hiciera realidad el relato, no sucedería absolutamente nada. Al fin y al cabo, uno es seguidor de la "imagen", la "marca" de un equipo. Los jugadores que jueguen en él tanto dan. (De hecho, no creo que lo que sucede ya sea muy diferente de lo descrito en el relato).

Efectivamente, Avelino. Como un Florentino Pérez cualquiera.

Muchas gracias.

Torcuato dijo...

Qué bueno sería eso. Aunque el sock que provocaría en los aficionados más hinchas sería tal que pasarían toda su vida más catatónicos, si cabe, de lo que ya estaban.
Un saludo. Descubro tu blog para leerlo de vez en cuando.

Víctor dijo...

Sí, Fernando, los futbolistas cobran una pasta gansa (quizás porque también la generan) pero... ¿cuánto cobra un actorazo por hacer una peli? ¿O Steven Spielberg, cuánto cobra? Yo creo que también se llevan una pasta, y nadie se queja de sus sueldos. O todos o ninguno, creo yo.

Un abrazo, Fernando.

Claudia Sánchez dijo...

En el último año, 325 millones de euros es lo que cobraron de salario (publicidad aparte) los 50 jugadores mejor pagos del mundo. 27 millones mensuales de promedio.
Y a todo ésto, yo, que no sé nada de fútbol ni negocios, me pregunto, Víctor, Fernando, si a ustedes les pagan por hacer su trabajo bien y no lo hacen... les renuevan contrato? ¿Les continúan pagando el dineral que alimentaría a varias generaciones de familias?
Lo que es a mí, la patada en el trasero más leve me dejaría sentada en la Cibeles... desde aquí.
¡Como sea, suerte para mañana caballeros!

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Yo creo que no ocurriría nada, Torcuato. Tal vez en principio se escandalizarían. Pero en dos semanas todo lo más, se habrían adaptado a las circunstancias. El espectáculo debe continuar, ¿no?
Espero que pases por aquí con frecuencia.

No voy a entrar en la comparación de Spielberg con el fútbol, Víctor, porque creo que no son cosas equiparables. Por más "artistas" que puedan considerarse muchos jugadores.

Y cierto: algunos jugadores cobran lo que cobran porque generan esos beneficios (habría que ver para quién). El caso es que así como Spielberg obtiene sus ingresos directamente de su obra (y del merchandasing que genera), los clubes obtienen sus beneficios mayoritariamente de la publicidad y de los derechos de emisión (que viene a ser lo mismo). En otras palabras: mientras puedo decidir si alimento el fortunón de Spielberg, no me ocurre lo mismo con los jugadores de fútbol. Gran parte de lo que cualquiera consume (le guste o no el fútbol), lleva un sobrecoste destinado a pagar esos sueldos vergonzosos.

Aunque, si me pinchas, diré que tampoco estoy de acuerdo con que Spielberg gane lo que gana, y que me parece estupendo que una industria que alimenta esas desigualdades, comience a desmoronarse.

Como bien dice, Claudia, con el dinero que ganan algunos de esos jugadores, podrían alimentarse varias generaciones de familias. Y eso, en el mundo que vivimos, me parece inmoral. Y me cuesta entender como parados, mileuristas, y ahogados por la hipoteca en general, todavía les adoren como a dioses.

Seré yo, que soy raro.

¿Con lo de "suerte para mañana" te refieres a que a España la elimine Alemania, Claudia? Yo también lo espero.

Isabel Mª dijo...

que curiosa sensación, que descoloque, ¿simbiosis?

Anónimo dijo...

En el fútbol y la política todo vale.
Buen partido.