Tuve que hacerlo. Cuando nos quedamos sin combustible, luz, agua y trabajo. Cuando la comida comenzó a escasear y los animales a morir en manada. Cuando la tierra se heló o desertizó y tres cuartas partes de la civilización quedaron bajo las aguas. Cuando al vapor mortal siguió la nube tóxica y a esta la plaga de bacterias. Cuando resultaba más que evidente que éramos el último hombre y la última mujer sobre la faz de la tierra y dijo, todavía dijo:
—Encontrarán la solución; no te preocupes.
Yo…
Tuve que hacerlo.
*En 2008, por estas mismas fechas, este cuento recibió una mención honorífica en el Certamen Internacional "De vacas y castaño". Ay, qué tiempos aquellos. Sin duda, peores que estos.
8 comentarios:
Vaya, qué buen microrrelato. Me encanta que el final quede sin resolución definitiva, y el título exquisito.
El ejemplo perfecto a lo activo que se hace el lector en el microrrelato. Bienvenido, doctor Remitente
Y los bancos ya habían desaparecido...
Grande Fer.
¡Me encantó Fernando! Final abierto, muy bueno.
Saludos!
"Tuve que hacerlo" abre un mundo de posibilidades. Aunque no sabemos bien ni qué ni cómo sentimos que es imprescindible que suceda.
Salut
No me extraña que obtuviese mención honorífica, es estupendo :)
Je je je. Tu postura es comprensible, dadas las circunstancias
Me alegra visitarte de vez en cuando. Enhorabuena por este blog lleno de monedas necesarias y exactas.
Un abrazo.
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