Sé que desfilas con medias y bragas rotas por avenidas que no me atrevo a nombrar. Que cuando hay luna llena aúllas en busca de un hombre igual que cuando no la hay. Sé que frecuentas todos los bares y que siempre son insuficientes. Que andas del brazo de quien debes hasta que das con el de quien no debes. Que no hay nadie en la ciudad capaz de satisfacerte.
Pero dime, mi amor:
¿Soy tu preferido?
Fotografía: José Luis Becerro.
8 comentarios:
Cada entrada de este blog me gusta muchísimo. Nunca decepciona
Y si no, no importa.
Incondicional, ¿no?
Está genial.
Saludos.
Creo que describes un espiritu verdaderamente libre.
Un abrazo, Fernando
Muchas gracias, Andre. Espero que seguir así en el futuro. Y que sigas pasando por aquí.
Es lo que tienen los hombres enamorado, Un tipo: no pueden evitar lo que no pueden evitar.
Me pregunto, Torcuato, ¿cuál es el espíritu libre, el de la mujer o el del narrador?
Sé que lees novelas entresacando micros. Yo a veces leo micros entresacando hiperbreves. Dime si las primeras dos líneas de este texto no son un hiperbreve alucinante.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Más bien diría que pudiera ser el de la mujer.
El narrador no es nada libre, no se puede tener esa cualidad cuando se desea a toda costa ser de otro.
Un abrazo
nadie lo hubiera dicho mejor
Me alegro de que lo veas así, Pablo.
Bueno, Torcuato. Visto de otro modo, ella pudiera ser esclava de pasiones incontrolables mientras que él, que no ansía ser poseido sino preferido, mantiene su libertad a cambio de esas pasiones.
En realidad, Vitt este texto es un mínimo homenaje al gran Marcial y sus epigramas. Creo que él lo hubiera escrito mejor. Infinitamente.
Un abrazo y gracias a todos.
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