Cuentan que viví al menos dos grandes guerras. Que conocí bombas atómicas y derrumbes de torres paralelas. Pero sólo recuerdo la humedad entre sus piernas, su alegría lluviosa y el calor de sus manos.
Hasta quedar frías.
Este microrrelato aparece hoy mismito en Internacional Microcuentista. Pueden seguir sus andanzas pinchando aquí.
Fotografía: James Jowers.
5 comentarios:
Es tremendo, Fernando, esa paradoja te ha quedado genial, realmente funciona el contraste.
Un abrazo.
Coincido. ¡Pedazo historia en qué poquitas palabras!!!Me gustó mucho
Saludillos
Hola soy nuevo por estos lados. Me ha atraído el título del blog, pues desde muy pequeño me he descubierto cierta debilidad por lo mínimo. No conocía los trabajos de Jowers, que me han dejado una buena impresión. Saludos desde Bogotá.
El final no lo he pillado, la verdad, pero me ha gustado la paradoja entre lo que vive un hombre y la Historia con mayúscula
Hay grandes monumentos y grandes hitos. Y aplastados por ellos millones y millones de pies. No poseen grandes monumentos ni su biografía es una sucesión de grandes hitos. Sólo son lo imprescindible.
Gracias a todos por seguir pasando por aquí, y bienvenido E.C. Pedro
(La verdad, Miguel, que yo no le veo mucho que explicar...je, je.)
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