Cuando duda de si la quiero, le invito a mirar a través de mis llagas.
Jarrones, muebles y atizadores de chimenea. Chorros de ácido corrosivo y munición para grandes mamíferos. Zurcidos donde a veces quedan puntas de flecha.
Pero duda. Después de todo lo que ha ocurrido, no sería tan descabellado que no la quisiera.
No quiero hacerle ver que dudo también:
¿Aguantaré, mi amor, el próximo golpe?
Fotografía: James Jowers.
5 comentarios:
El título conduce a pensar que sí, que aguantará. O es el título una expresión de deseo? El cambio de persona de la última frase me lleva a sospecharlo
Saludos!
El amor todo lo puede...
Aunque la duda igual.
Fe.
No sé si valdrá la pena acumular tantas cicatrices
Esta historia y otras parecidas se repiten todos los días, invirtiendo el género de los protagonistas. Algunas de ellas terminan en heridas mortales. Me gustó. Saludos.
Bueno, Patricia, al parecer el protagonista de la historia tampoco lo sabe. Anda en un sinvivir. Literal.
Hombre, Un tipo, amor, amor, lo que se dice amor...
Es difícil valorarlo, Miguel. En frío uno sabe que no, pero luego...
Efectivamente, Pedro. La fe no suele ser cosa buena. Sobre todo cuando objetos sólidos y punzantes caen sobre ella sin parar.
Gracias a todos.
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