Harto de ilusiones, búsquedas, equívocos y decepciones, decide construir una mujer a su medida.
Estudia durante una década, hasta que consigue licenciarse en cirugía y magia negra. Emplea otras dos en merodear depósitos, cementerios y colisiones múltiples a la caza de órganos sanos y perfectos. Gasta un lustro más en acondicionar y electrificar la torre que heredó de su bisabuelo.
Merece la pena: en cuanto se dispersa el humo y el cuerpo deja de convulsionar, la que se levanta es la mujer de los sueños que tiene dentro de sus sueños, silueta pálida y rotunda, ojos azul glacial, labios carnosos que apenas se entreabren para decir:
—Lo siento: no me atraes.
Este microrrelato se retransmite simultáneamente para el mundo entero desde la Internacional Microcuentista. No dejen de pinchar el enlace.
8 comentarios:
es de lo mejorcito que te he leido Fernando.
ENHORABUENA
Coincido con Sánchez. De lo mejor!
Tiene una mecánica (valga la referencia a la etiqueta) inmejorable.
Muy bueno. ¡Con eso no contaba!
¡Qué bueno, Fernando! Una cosa es el cuerpo de la mujer de tus sueños y otra la psique de esa mujer. Tiene mucho jugo la idea de tratar de conquistar al ser que tú mismo has creado. Abrazos y felicitaciones.
Muchas gracias a todos. La verdad es que es uno de esos micros que uno cree adecuados para concurso, pero tocaba publicar en la Inter y lo primero es lo primero.
Es tan complicado encontrar el amor... Y construirlo ya ni te cuento.
Supongo que ahora ella construirá su sueño.
Me gustó.
Saludos.
no concibo la mujer perfecta sin voz, ni opinión, ni buenas tetas.
Una bonita perspectiva, Un tipo. Igual que una broma de amor infinita.
Yo, Vitt, al igual que dice Ivan Tubau de la poesía, no te quiero pura. Y mucho menos perfecta.
Un saludo.
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