jueves, 6 de octubre de 2011

Tablero humano.


Amanece. Será mejor que estés en tus trincheras.
Ataco Islandia.
Poco importa si pretendías la paz, si atacaste a traición, si declaraste la guerra.
Ataco Oceanía.
La batalla sucederá de cualquier modo. Como el vendaval y la tormenta. Irracional. Imponderable.
Ataco Europa del Este.
Ya somos el retrato del frío, el hambre y el cansancio. De la ingesta masiva de estimulantes y la perspectiva de que no existe posibilidad de deserción.
Ataco Alberta.
Y de nada sirve recibir guía y consejo de instituciones multilaterales que se reúnen alrededor de mesas bien provistas. Quien te reconozca legitimidad o te preste auxilio será considerado un colaboracionista. Tus amigos son mis enemigos.
Ataco el Congo.
Mientras viví como nación pacífica era capaz de distinguir el filo de lo razonable, pero desde que cada día se abre paso a bayonetazos sólo deseo ver tu sangre filtrarse a través de la tierra.
Ataco Kamchatka.
No contemplo la posibilidad de rendición. No acepto el hartazgo ni la derrota. Sé que no regresarás a tus límites precisos. Siquiera admitirás dejar las fronteras donde están, tensas pero quietas, insuficientes pero no mortales.
Ataco Nueva Guinea.
Ninguna vida será posible hasta que no acabe esta guerra. No podremos trabajar, jugar ni enamorarnos mientras continuemos viviendo tras las trincheras, envueltos en armaduras de kevlar, los ojos vueltos al cielo sin más objetivo que ver llegar la próxima bomba.
Ataco la India.
Ya nuestro único oficio es la destrucción y ten bien clara una cosa: antes de rendirme, degollaré a los míos.
Ataco Europa Occidental.

Safe Creative #1110060238998

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es bellamente irracional y va creciendo e intrincándose como la sed de destrucción.

Miguel Baquero dijo...

Las ficciones que puede crear una partida de Risk

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

A menudo lo bello y lo irracional van de la mano, Yun. Y tienden a la destrucción.

Y las partidas de Risk que puede crear la realidad, Miguel, las partidas de Risk que puede crear la realidad...

Gracias.

Nicolás Jarque dijo...

Me encanta el risk tanto como este relato que recrea una partida que bien podía ser real.
Un saludo.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Puedo asegurar que es real hasta el punto de bordear la irrealidad, Nicolás. Aunque transcurrió con menos reglas y menos dados.