miércoles, 21 de diciembre de 2011

Primera medida del nuevo gobierno.



El Estado Español se compromete a perseguir y sancionar a aquellos ciudadanos que distribuyan o descarguen de forma ilegal obras literarias, musicales o audiovisuales protegidas por derechos de autor, siempre que concurran los siguientes requisitos:

1. Que el infractor acredite retener para sí el 50% del salario mínimo interprofesional una vez descontados los gastos en alimentación, salud* y vivienda**.

2. Que la obra se encuentre disponible para su descarga a un precio acorde con el coste de reproducción nulo de cada copia, y que el creador perciba un mínimo del 50% sobre el precio de venta final.

Asimismo, tanto el creador como el editor permitirán la descarga libre y gratuita de cualquier obra a todo ciudadano que, descontados los gastos en alimento, salud y vivienda, acredite retener para sí una cantidad menor al 50% del salario mínimo interprofesional, y se recomienda la donación de la obra, en soporte físico, a parados de larga duración y otros colectivos en riesgo de exclusión social.

*El apartado “salud” incluirá el coste de las prendas textiles necesarias para la protección personal y el decoro.
** El apartado “vivienda” incluirá tanto el coste del inmueble como del mobiliario imprescindible para su habitabilidad, de los productos empleados en su limpieza, así como el consumo de agua, gas, electricidad e internet (quedando supeditado este último servicio a la creación de una conexión básica gratuita que excluiría la deducción de las conexiones con ancho de banda mayores a esta).
Safe Creative #1112210780494

3 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Seguro que Lucía te habría adorado como Ministro de Cultura, Fernando.

Al menos tanto como tú adoras a Lucía.

:o)

Un abrazo,

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Yo sería un gran ministro, Pedro. Y un mejor aún dictador mundial...

A Lucia no le tengo especial animadversión. No es una escritora a la que siga, pero, oye, sus lectores tiene y a ellos les gustará.

Pero su queja contra las descargas de sus libros y su rabieta amenazando con que dejará de publicar, creo que identifica incorrectamente al enemigo. No son sus lectores quienes le roban sus beneficios. Son los infinitos intermediarios que se quedan con el 90 o 95% del beneficio, en una forma de distribución de la cultura -recordemos, un derecho humano- cuyo funcionamiento se asemeja mucho al de una mafia, con distintos niveles de extorsión.

Y creo que identifica incorrectamente al enemigo porque el enemigo no deja de ser ella misma. En el pasado esa mafia le ha permitido vivir muy bien (tanto como para afirmar que aún tiene para vivir tres años sin escribir, sin publicar, sin hacer nada).

Son muy pocas las personas de este país que pueden vivir exclusivamente de vender libros. Y quizá parte del problema es que mientras la inmensa mayoría de sus lectores pasan apuros para llegar a fin de mes, ellos pueden vivir tres, cinco o diez años sin hacer nada.

Ojalá e internet acabe con todas esas cosas. Ojalá acabe por permitir una distribución directa entre autor y lector, aniquilando a la vez a los intermediarios y a los escritores que pueden vivir tres, cinco o diez años sin hacer nada. Ojalá se termine el timpo de las cuatro estrellas de la literatura y de comienzo el de los miles de escritores que pasan apuros para llegar a fin de mes.

R.A. dijo...

Suscribo todo lo que dices, las editoriales independientes ya apuestan por la descarga de libros, de e-books que permite además que el escritor que no llega a fin de mes se lleve más beneficio.

Salut!