viernes, 6 de julio de 2012

Reflexiones de un microrrelatista en paro: Mineros.


LOS MINEROS NO SON PERSONAS COMO NOSOTROS. Son animales mitológicos. Restos de una raza casi extinta que habita cerca del centro de la tierra.

DE LOS CANARIOS aprendieron a detectar las bolsas de grisú social. Perciben antes que nadie los peligros que están a una sola chispa de hacernos volar en pedazos. También los combaten. Antes que nadie.

EN 1934 se alzaron contra el gobierno republicano que ocupaba el partido ultraderechista CEDA. Preveían en sus carnes lo que el fascismo iba a acarrearles a los trabajadores del mundo entero.

FUERON APLASTADOS. Dos veces. En el 34 y también en el 36. Las dos por el mismo general Franco. Pero igual que las paredes de las casas retienen el calor después de que el sol se haya ido, las galerías de la mina conservan la memoria mucho después de muerto el minero. En 1962 volvieron a levantarse. Una cosa es que te derroten dos veces y otra bien distinta es sufrir la derrota de la semiesclavitud y el hambre por el resto de la eternidad. Fueron detenidos y apaleados. Gaseados y torturados. Se les disparó y se humilló a sus mujeres rapándoles la cabeza.

VENCIERON. El matarife del Pardo tuvo que ratificar sus reivindicaciones en el Boletín Oficial del Estado. A partir de ese momento, el Régimen no volvió a dormir tranquilo. El apaleado pueblo español comprobó que hasta la más férrea dictadura se echa a temblar cuando se tienden lazos de solidaridad, determinación y resistencia. Un golpe de pico abrió la grieta que terminaría por demoler la inexpugnable fortaleza del terror.

CINCUENTA AÑOS MÁS TARDE, los mineros vuelven a levantarse. El motivo es que los amos han decidido condenarles al paro forzoso, la emigración y el hambre. La justificación es que los necesarios recortes del presupuesto hacen inevitable el cierre de las minas. La verdad es que se está produciendo un saqueo generalizado del patrimonio colectivo a favor del capital financiero, y que ese expolio del dinero de todos se emplea en recompensar a los mismos causantes del recorte de los presupuestos, que no es otra cosa que recorte en las condiciones de vida de los trabajadores.

COMO EN EL 34, como en el 62, los mineros se levantan contra un poder que amenaza la forma de vida de la inmensa mayoría de la población. Como entonces, son un ejemplo de valor, dignidad y resistencia.

COMO EN EL 34, como en el 62, han recibido el apoyo de otros miembros de su raza casi extinta, seres que comprenden que bajo la tierra no existen las líneas que separan Inglaterra, Chile o Alemania, sólo propietarios y desahuciados, sólo la clase trabajadora resistiendo los envites de la dominante. Los mineros, esos animales mitológicos, esos seres de cuento, lo han entendido perfectamente; falta que lo entendamos el resto de nosotros.

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3 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

Fernando, vivimos en un recorte continúo, no solo económico —que ya es grave— sino social como bien indicas. Los señoritos de toda la vida se estarán frotando las manos, por fin volverán a tener sirvientes de aquí a precio que ahora pagan a emigrantes sin papeles. Mientras todo esto sucede, los políticos se atan las manos y dicen sí a todas la ordenes del poder económico.

Mala pinta tiene esto y hoy son los mineros, pero mañana ¡quién sabe!

Buen articulo, como casi siempre.

Abrazos.

Yashira dijo...

Espero que todos tomemos conciencia de lo que ellos ya han visto y sigamos sus pasos, de lo contrario perderemos todos los derecho adquiridos durante años de lucha por una clase obrera que parecía desaparecida, en esta sociedad del bienestar que nos habíamos inventado, pero no, al final seguirán habiendo clases, porque los que pueden no se resisten a perder ese poder.

Un saludo Fernando, cuánto razón tienes.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

No creo que los políticos tengan las manos atadas ni que acepten órdenes del poder económico, Nicolás; creo que son parte integrante del mismo poder.

Por otra parte, ¿cómo buen artículo como casi siempre? ¿Acaso no lo son siempre?

Je, je... Muchas gracias por leer y comentar.

Las clases, Yashira, no dejaron de existir nunca; por aquello de que en medio mundo -palmo arriba, palmo abajo- triunfaba el comunismo, y que los obreros europeos estaban armados hasta los dientes tras la 2ºGM, se pensó que a lo mejor era llegar a un pacto social: libertad para el capital a cambio de condiciones de vida más o menos dignas para los trabajadores. No dejaron de existir las clases, sólo la conciencia de clase. Por eso ahora no tienen enemigo enfrente.

Gracias. Y salud.