miércoles, 26 de noviembre de 2008

Boceto.



Posa delante de mí. Dice:
-¿Qué tal estoy?
Y yo:
—Preciosa.
Y ella:
-No, en serio, ¿qué tal estoy?
Y yo:
-Preciosa.
No es una historia en sí. Sólo un acontecimiento que se repite una y otra vez ante las bombillas del espejo de un camerino. Si el lector se esfuerza, puede deducir la narración antes y después de este momento.
Si se esfuerza, puede llegar a distinguir con nitidez su imagen en el espejo. Y puede llegar a verme a mí, ni dentro ni fuera, siempre en el quicio de la puerta, mirándola con embeleso.
Por desgracia, no hay tiempo ni especie que se esfuerce en leer y ella dice:
-¿Qué tal estoy?
Y yo:
-Preciosa.

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1 comentario:

x. dijo...

que tal estoy?
preciosa.

mmm. siempre todo es 'precioso'. mentira;)

me interesa tu blog.