No pudo ser, y el premio a Mi País Preferido continúa a la espera de ganador. Lo digo por si alguno de sus más que bellos países se anima a intentarlo. Chile también puede volver a participar. Tampoco vamos a negarle una segunda oportunidad.
En fin, aquí les dejo el relato. Por si quieren optar.
Estás convencido de que en alguna parte —una base, un corral, una cueva secreta—, en algún país cuyo nombre no serías capaz de pronunciar sin arrancarte la lengua, existe el misil que apunta directamente a tu cabeza.
Aerodinámico y brillante. Fálico y asombroso. Un resumen autopropulsado de la civilización. La cima de la ciencia, el pensamiento, el diseño y el arte, dotada de cerebro electrónico y radar.
Una maravilla que, en cualquier caso, no te mereces.
5 comentarios:
Redondo ese relato mínimo, como un poema o una pesadilla.
Enhorabuena.
Gracias, Bruno.
Ojalá hubieras sido miembro del jurado.
No podría apuntar al corazón mejor? Buen relato
Salu2
Un abrazo desde Santiago de Chile.
Creo, Aniz, que en el momento en el que lo ves venir hacia ti ya importa poco dónde apunta.
Gracias, Lilian. Por supuesto, los abrazos también puntúan para el premio a Mi País Preferido.
Un abrazo para ti también.
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