El coche era robado. La identidad, falsa. La mansión de ensueño resultó pertenecer a otra persona. Hasta su aspecto físico —una vez la policía desbarató peluca, bigote, alzas, relleno y maquillaje— resultó ser un fiasco. Aún así no podía dejar de pensar que era el hombre de su vida.
Y es que el amor, más que ciego, es pura ilusión. Nos enamoramos de fantasías o de fantasmas... De lo que no existe, o de lo que ya no existe... ¡Muy buen microrrelato! ¡mUCHos salUCHos! :]
5 comentarios:
Y es que el amor, más que ciego, es pura ilusión.
Nos enamoramos de fantasías o de fantasmas... De lo que no existe, o de lo que ya no existe...
¡Muy buen microrrelato!
¡mUCHos salUCHos! :]
Y probablemente lo era.
Saludos!
Es que, pese a todo, tenía un algo inexplicable
Pero tenía la córnea de un blanco luminoso. Irresistible.
Salut
Lo importante sería averigüar quién engañaba a quién...
Gracias.
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