¡Acelera!, grito, y David mete la marcha y pisa a fondo, mientras sopeso el botín y le hago un corte de mangas al dependiente de la tienda de golosinas.
Jajajajajajaaj. La inocencia siempre ha sido para mí, más que un referente de ternura, una herramienta del humor. Lo conseguiste, como sueles hacer, con una sencillez asombrosa.
5 comentarios:
Jajajajajajaaj. La inocencia siempre ha sido para mí, más que un referente de ternura, una herramienta del humor. Lo conseguiste, como sueles hacer, con una sencillez asombrosa.
Muy divertido. Sigues sorprendiéndome.
Abrazos,
P
Pensaba que lo había comentado. Muy bueno, Fernando.
Muy bueno, muy divertido, de veras
Los niños, ya se sabe, siempre unos angelitos...
Gracias por seguir por aquí.
Publicar un comentario