Tenía su propio negocio: pequeñas piezas de contrabando que transportaba dentro de sí.
A veces yo encontraba ojos de dragón, rubies, pequeños diamantes. A veces reliquias únicas, animales extintos, drogas tan puras que atemorizaban a la imaginación.
—Lo importante es el interior —solía recordarme.
No sé si estoy seguro de qué quería decir.
4 comentarios:
Un interesante enfoque, la frase final evita que caiga en lo comun, bastante bueno
Tambien el de la lechera,hacia tiempo que no pasaba por aqui
¿Hablaba del alma o del Plan de Negocio?
Hace muchos años conocí a alguien que se ganaba la vida así, pero nunca me regaló un consejo.
Saludos.
Yo también me quedaría con la duda, de si se refiere a lo que está detrás de la carne o a lo que está dentro de los bolsillos
La misma duda tengo yo, Pedro, Miguel. Puedo asegurarlo...
Encantado de volver a verte por aquí, Gin. Espero que pases más a menudo.
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