Jaime llega puntual a la asamblea del Comité de Organización,
sólo para enterarse de que su cargo ha sido revocado por el Comité Central, reunido
a esa misma hora en un chalet clandestino.
Para cuando consigue dar con el chalet, el Partido se acaba de
escindir en una facción marxista y otra marxista-leninista.
Decide apuntarse a esta última pero, cuarenta y cinco minutos
más tarde, es expulsado por revisionista junto a cuatro compañeros que tampoco
consideran que se den condiciones objetivas para la lucha armada.
Juntos, constituyen un nuevo partido de orientación estalinista
del que es elegido Secretario General.
Pero entre el cuarto y el quinto paquete de tabaco de la tarde,
Jaime percibe una peligrosa deriva troskista en dos de sus camaradas, a los que
expulsa sin mayor dilación.
En la intimidad, el tercer miembro del partido confiesa que está
atravesando una etapa de reflexión dentro de sus posiciones revolucionarias y
cree, con toda sinceridad, que su pensamiento es más próximo al Partido
Socialista, motivo por el que se ve moralmente obligado a abandonar el
comunismo, no sin desearle, eso sí, suerte en la lucha.
Jaime reflexiona sobre el imperativo crucial de la organización
de las masas obreras cuando es abordado por dos agentes de la Brigada
Politico-Social y detenido por pertenecer a tres organizaciones comunistas en
una misma tarde.
Dos horas después, su cuerpo es encontrado en la acera, bajo la
ventana del séptimo piso de la Dirección General de Policía.
Según fuentes oficiales, se trata de un suicidio causado por el
desencanto ideológico.
8 comentarios:
En aquella época tan convulsa en el que las ideas se quería plasmar en organizaciones políticas que aún no existía, cada cual quería pertenecer a la formación que mejor le representara, produciéndose tales desmanes como relatas.
Buena reflexión histórica que se puede aplicar a la actualidad.
Un abrazo.
Exquisito.
Un abrazo,
P
Muy bueno,maestro.
Somos asi de ridiculos,la ideologia cargandose las ideas...buscamos cuadriculas para meternos en ellas y que se solucionen (de un plumazo,como un necio de taberna) todas las dudas,contradicciones y miedos.
El caso parece sacado de un hecho real...y si en politica es ahora mas común ser de todos los partidos a la vez,y que te defina la nómina....en la religion es cosa de todos los dias,de todos los sitios,de todas las creencias.
Las ideologías de los partidos tendían a disgregarse hasta alcanzar el límite de una persona, un partido político. Al final, estuvimos tan perdidos y solos que tendimos a reagruparnos en dos colores, el azul y el rojo, aunque ambos ya sean más bien violáceos. Y vuelta a empezar. Big bang, big crunch.
Saludos.
redondo.
Qué tiempos aquellos en los que brotaban organizaciones tan revolucionarias como absurdas y que sus integrantes tenían la extraña costumbre de caer por las ventanas de la policía y golpearse a sí mismos en los interrogatorios.
Yo también los echo de menos.
Un saludo. Y gracias por pasar por aquí.
Me ha recordado muchísimo este micro a un libro que leí hace un tiempo de Luis Sepúlveda "La sombra de lo que fuimos", no sé si lo conoces.
Me encantó el micro.
Saludos
No he leído el libro, Miguel Molina, pero lo buscaré.
Muchas gracias.
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