Un día abres la puerta y encuentras a una niña que vende galletas hipervitaminadas con tarjetas de rasca y gana en el interior. Rasgas efusivo, y obtienes sesenta mil euros mensuales de sueldo vitalicio. Abandonas tu trabajo sólo un minuto antes de que un cohete averiado arrase con lo que solía ser tu oficina. En la confusión subsiguiente, conoces a una psicoterapeuta especializada en catástrofes que resulta ser la mujer de tu vida. Vais de luna de miel a una isla remota, y los nativos os reconocen como los dioses a los que llevan esperando desde el principio de los tiempos. Gobiernas con equidad y sabiduría, la isla rebosa paz y prosperidad, y tu modelo político se extiende al continente y después al mundo entero.
Y sí: esas cosas pasan.
6 comentarios:
Claro que pasan. En tus micros todo es posible.
Es bonito pensar que ahora mismo, en este preciso momento, hay alguien a quien le está sucediendo lo mismo que en el relato.
Gracias, Martín.
Fernando, no conocía tu espacio y veo que escribes bastante bien dedicado al microcuento. Con tu permiso, te incluiré en mis contactos.
Muchas gracias, Esteban. Todo un honor.
Todo es posible Fernando, en tus micros y en la vida, por supuesto.
Sólo si eres capaz de soñarlo puede convertirse en realidad ( o algo así ¿no?)
Un saludo indio
Y no hay que olvidar que también somos responsables de lo que hacemos en sueños de otros.
Muchas gracias, no comments.
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