Compra una libreta: Tapas de piel, papel de ciento diez gramos y deslizamiento especial.
Carga su pluma, edición numerada, reproducción de la que usó Dostoyevsky para escribir «Crimen y castigo», punta de aleación, tinta de componentes biodegradables y funda tapizada en terciopelo.
Alquila un estudio: paredes de hormigón, vistas a ninguna parte, e inexistencia de núcleos habitados a más de quince quilómetros a la redonda.
Sólo le falta tener algo que decir.
5 comentarios:
Los maniáticos así siempre tienen algo que decir. Otra cosa es que sea necesario que lo digan.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Yo, sin embargo, quizás conozca a muchos escritores que han llenado novelas, trilogías y sagas sin tener nada que decir
Ahí le duele. :)
Yo solo espero que lo diga pronto...
Pido perdón por la tardanza en responder a vuestros amables comentarios -paralela a la tardanza en publicar nuevos micros-. Me gustaría decir que se ha debido a unas vacaciones pero, más bien, ha sido todo lo contrario.
Sea como fuere, estoy de vuelta. Gracias a todos por vustros comentarios.
Nos vemos en el próximo micro.
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