jueves, 10 de noviembre de 2011

Adaptación.


Fuimos a ver El ladrón de orquídeas. Le gustó la película, aunque confesó que al principio le había caído mal el protagonista.
Para quien no haya visto el film, trata sobre un guionista de Hollywood llamado Charlie Kauffman, escritor de películas como Cómo ser John Malcovich, que atraviesa una crisis personal  y creativa en el torturante intento de adaptar un libro titulado El ladrón de orquídeas.
Frente a la hoja en blanco, la voz mental de Charlie Kauffman no deja de repetir: Charlie Kauffman, gordo,  calvo, cuarentón, fracasado…
A ella este autocompadecimiento circular le resulta ridículo, pero yo puedo llegar a sentirme identificado:
Escribir es una experiencia solitaria que consiste en gran medida en luchar contra la propia cabeza. A veces los fantasmas acechan también fuera de las historias.
En la película, Charlie Kauffman inventa un hermano gemelo mucho más vitalista, Donald. También quiere ser escritor de películas pero desdramatiza y desmitifica el pretendido lado trágico de la creación. Prefiere bailar. Y no precisamente con la muerte.
Yo cuando duermo con ella no pienso en fantasmas y sí en bailar, pero en cuanto vuelvo a casa encuentro a mi hermano gemelo que no deja de repetir: Gordo, calvo, cuarentón, fracasado…

Safe Creative #1111100490260

3 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Muy bueno, Fernando. Como es habitual.

Un saludo,

Nicolás Jarque dijo...

Ese hermano es igual de "cabrón" que el mío, en vez de animar se dedica a hundirme.
Muy bueno y excelentemente insertada la referencia "Ladrón de orquídeas".
Un saludo.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Muchas gracias, Pedro. Se intenta, siempre se intenta.

A mí ya me gustaría ser el hermano vitalista de mi gemelo cabrón, Nicolás. Pero mucho me temo que por ahí por ahí nos andamos. Por otra parte, me encanta esa película. Creo que es un curso completo de escritura de guión de cine o de escritura en general.

Salud.