Ninguna máquina añora sus piezas irremplazables. Pero si las pierde deja de funcionar, y en ocasiones, cuando hay que aguardar al recambio de Alemania, Japón o Estados Unidos, se la ve languidecer desidiosa, incapaz de producir más que estorbo.
Tal me sucede contigo.
1 comentario:
Excelente metáfora.
Enhorabuena.
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